IDENTIDAD CULTURAL Y REALIDAD
NACIONAL
Al
abordar el tema de identidad cultural, es importante dilucidar dos conceptos, a
fin de tener en claro de que estamos hablando.
Hoy
escuchamos hablar mucho de interculturalidad, pluralidad cultural, diversidad
cultural, y se reconoce que el país es rico en cultura. Pero, veamos que
entendemos por identidad y que entendemos por cultura, a fin de saber si
estamos hablando un mismo lenguaje.
Entendemos
por identidad el sentirse uno mismo, el actuar como uno es, sentirse bien al
hacerlo, y al relacionarse con las personas que conviven con nosotros. Hoy los
problemas que nos afectan son el individualismo y el colocar el yo por encima
de la sociedad, igualmente la masificación del abuso cultural vía la imitación
de valores que no son nuestros pero que nos han hecho sentir y creer que son
superiores a los que nosotros tenemos y que heredamos de nuestros antepasados.
Al
referirnos a la cultura, estamos hablando de la forma como se manifiesta el hombre
en su sociedad, como se ven se sienten y piensan sin entrar en conflicto. Y
como esta requiere de cierto periodo de tiempo para desarrollarse, puede
comprender algunas generaciones que involucran a nuestros antepasados, pudiendo
tener en algunos casos hasta un componente racial. En todo caso se expresa a
través del lenguaje, su religiosidad o cosmogonía, sus valores morales, formas
de interpretar la naturaleza y como relacionarse con ella, sus costumbres,
ciencia y tecnología.
En el
caso nuestro, nos estamos refiriendo por lo menos a 100 siglos de cultura ó
10,000 años, y que es aceptado por la ciencia oficial, y de los cuales solo
cinco siglos, algo más de 500 años corresponden a la presencia occidental en
nuestro continente; sin embargo esa es la predominante al ejercer el control
del estado y toda su estructura.
¿Es correcto hablar de una identidad cultural del Perú?
Muchos
dirán que si, pero realmente no tiene sentido cuando vemos que hoy se habla
mucho de la interculturalidad o diversidad cultural. No tendría lógica
entonces, sería un híbrido; pero es lo que se pretende: Aceptar la diversidad
cultural, pero hegemonizada e interpretada a partir de la óptica occidental.
En el
Perú hay muchas identidades culturales, cada una corresponde a una nación
antigua y que hoy en muchos casos puede definirse como una región. Es que en el
Perú es un país, un estado, una república, tiene una constitución, tiene un
código civil y penal, pero no es una nación. En el Perú hay muchas naciones que
sobreviven subterráneamente y que cinco siglos después aún se mantienen
vigentes. No fueron desarticuladas totalmente, no desaparecieron.
Los
Chankas de Huancavelica son una Nación; Ayacucho norte es una nación y el sur
otra; los Huancas son otra nación y los Collas o Aymaras, también lo somos, y
probablemente la más antigua por provenir del Tiawanaku. Pero son muchas las
naciones que aún sobreviven en estos territorios.
El estado
peruano nos ha pretendido hacer creer que solo existe la nación peruana, a la
cual se le debe amor y respeto, desconociendo o negándose a aceptar que el Perú
es un país plurinacional y que en el pasado todas estas naciones indias
convivieron en relación armoniosa y de cooperación. Que la demarcación entre
una y otra no estuvo dada por una frontera geográfica, que había cuidar y
proteger de una invasión, sino que estaba dada por factores culturales.
Que
habíamos sido capaces de desarrollar una sociedad que desconocía el hambre y la
miseria, una sociedad que no propugnaba la supremacía del hombre sobre las
demás especies que habitaban la tierra; una sociedad que sabiendo lo abrupto
del territorio se organizó previsoramente para sobrellevar los tiempos de
sequía o los de lluvias torrenciales. Un tipo de sociedad que por sus mismas
características geográficas difíciles desarrollo la cooperación y la
solidaridad, que hasta hoy sobrevive en el ande a través del Ayni y la Minka
... Una sociedad donde la idea de propiedad privada ó esclavitud no tenía
cabida ya que no correspondía a su realidad y posibilidades de desarrollo. Una
sociedad sana.
Pero, la historia la escribieron los tiranos
Y desde
entonces nosotros perdimos. El gran estado plurinacional andino fue
desarticulado utilizando las prácticas políticas, militares y religiosas
europeas; España, de ser el país más atrasado de Europa, pasó a convertirse en
una potencia económica y militar que podía mirar de igual a igual a sus
vecinos, y para ensanchar su ego y justificar la masacre en nuestras tierras, y
su falta de cultura, invento una historia donde aparecíamos, primero como
especies pre-humanas, como bárbaros y salvajes, feroces y sanguinarios, para
finalmente aceptar que si éramos humanos, ero que pertenecíamos a una de las
tribus perdidas de Israel; descendientes de judíos y por lo tanto no merecíamos
la menor consideración ni respeto.
Primero
fue la maquinaria colonial la que se dedicó a borrar ó intentar borrar toda
huella de nuestro pasado y cultura. Después vino la guerra de la independencia
que fue llevada a cabo por las montoneras indias pero que termino siendo
arrebatada por los criollos, quienes continuaron con la misma política colonial
respecto a nuestra cultura. Nuestra historia, nuestra verdadera historia,
aquella que nos presentaría como una sociedad altamente desarrollada y que
vivía en armonía con la naturaleza, ha sido totalmente distorsionado,
manipulada, y es lo que se sigue enseñando a nuestros hijos en las escuelas.
No
podemos dejar de reflexionar en torno a lo que significa realmente identidad
cultural y realidad nacional en el Perú, cuando este es un país racista donde
nuestra raza ancestral india o indígena ha sido siempre marginada. Solo se
reconoce nuestro valor por los impresionantes testimonios arqueológicos que
sobrevivieron en el tiempo, presentándolos como algo lejano, pasado que ya
desapareció.
El racismo en el Perú
No solo
se da por el color de la piel, sino que también involucra el aspecto cultural,
aquella cultura que lograron desarrollar nuestros abuelos. Se da también en la
lengua madre, en la comida, en nuestra vestimenta, que son marginados por este
racismo; lo cuál genera problemas y conflictos que muchas veces hacen daño a
ambas partes.
Es por
eso que cuando un joven andino llega a la costa, rápidamente adopta costumbres
culturales que le son ajenas, las que muchas veces chocan violentamente con su
forma de ser y de sentir. Si no quiere sentirse marginado o segregado, las
acepta y buscará mostrar a su nuevo entorno, que rechaza a su cultura madre.
Así terminan siendo más occidentales que los del propio lugar.
Hace
algunos años, un director del instituto nacional de Cultura en Ica, me manifestaba
a modo personal, que el Perú necesitaba urgentemente un Hitler para que haga
con los”serranos” lo mismo que hizo con los judíos, vale decir: exterminarnos.
Que tal afirmación fuera expresada por una autoridad cultural nos da una clara
idea del racismo imperante en el país.
Pero el
problema es mucho mayor, se nos ha hecho aceptar como algo natural conceptos
que en vez de ayudar a fortalecer nuestra cultura nos agraden y humillan,
aunque a fuerza de escucharlos repetitivamente ya no reaccionamos ante su
significado. Una muestra de ello lo tenemos en la palabra “Cholo”. Cholo es una
palabra que fue usada despectivamente por los españoles para humillarnos, para
ofendernos. Con el tiempo, al ser usada para señalar un sector grande de la
población del país, fue aceptada y se le trato de dar un carácter distinto:
mostrarla como un peruanismo que identificaba a un segmento muy grande de la
población peruana de origen andino. A partir de allí se deriva la palabra
“Cholito” que podría ser una palabra de cariño, y ya no necesariamente
despectiva; buscando limpiarla, maquillarla y que se acercara como algo que nos
identifica.
Pero que significa realmente Cholo
Esa
palabra que pretenden hacernos creer que es algo propio, que identifica a lo
peruano. No tiene raíz peruana, no es Aymara, no es Quechua y mucho menos
Castellana. Cholo es una palabra de origen Nicaragüense, totalmente ajena a
nosotros, pero lo usaban seriamente y se nos pretende hacer creer que nos
unifica y de la cual debemos sentirnos orgulloso. Los españoles después de
llegar a Nicaragua y someterla, siguieron bajando al sur hasta llegar a
nuestros territorios; y aquí, a los hijos que les hicieron a nuestras abuelas,
la gran mayoría de las veces producto de abusos y violación; a esos hijos los
llamaron Cholos. Pero que significa realmente: En Nicaragua cuando una perra
pare, los indios, a las cría no le dicen cachorros sino Cholo, lo cual
significa: hijo de perra.
Así fue
como llamaron los españoles a los hijos que hicieron en nuestras abuelas. Por
eso dolía, por eso era ofensivo que nos dijeran cholos. Indio no nos ofendía,
al contrario nos enorgullecía; era grandeza, era cultura y así nos defendíamos;
pero Cholo era ofensa. Se nos ha hecho creer igualmente que además somos
mestizos, por la mezcla racial entre blancos e indios o cobrizos, lo cual es
otra terrible distorsión del significado de la palabra y además una aberración.
Mestizaje no es la mezcla de razas sino de especies: El caballo con la burra da
origen a la mula, la naranja con la mandarina dará origen al tangüelo. ¿Y cual
es la característica del producto de la reproducción? El ser híbridos, el no
poder reproducirse. Y eso es lo que se pretende hacernos creer que somos
nosotros: Híbridos. Y es a través de dicha distorsión, que se nos introdujo un
contrabando cultural altamente perjudicial para un proyecto como país:
El Perú
encuentra un pasado estigmatizado, un presente ciego al legado cultural y un
futuro incierto, donde nuestra única tabla de salvación sería reescribir
nuestra historia, retornar a nuestras raíces, recoger lo positivo del choque
cultural que se dio con occidente, y a partir de allí, avanzar como país.